jueves, 10 de diciembre de 2009

El Resentido



Cuidado muchacho, si quieres crecer.
Hay de aquellas personas que te quieren devorar allá fuera.

Te contare la historia que me ha tocado vivir, y prestad atención, o te pasara a ti también.
La suerte juega del lado del que la posee, de aquel que vive para mantenerla, de aquel que no hace más que introducirse en ella, pero que es absorbido por las garras del mismo destino, y cuando menos lo espera, lo arranca de la vida común.

Eso me pasó a mi y a una persona muy lejana mía.
Yo era jovén, y el era uno de mis maestros de las artes más brutas.
No teníamos un vínculo fuerte, pero en esas vueltas de la vida, yo siempre lo saludaba bien, y era, según sus criterios y pruebas, uno de sus mejores alumnos.
Él sabia que la suerte no me poseía a mí, si no que yo a ella.
Él, en cambio, la vida le resultaba algo malo, y como buen pesimista que este era, no podía salir de su agujero de idioteses.
Se guiaba por los que la lengua de serpiente les sobra.
Solo quería a aquellos que lo odiaban, obviamente, sin saberlo.
Era demasiado malo para nosotros, repetían.
Llegaba el final del año en que nos habiamos conocido,
yo pensando que hacía las cosas bien.
El me seguía sonriendo siempre que me veía, algo normal para mi.
Nunca me criticaba, solo nos veía de su maldita silla de superior.

El no podía dejar de sentirse rencoroso, con esos diablos que nacen y crecen dentro de uno cuando no se puede abrir la mente.
No soportaba la idea de que yo mero, era mejor que 20 veces el.
Tenía posibilidades de ser así, porque yo era más joven, mejor compañero que lo que él había sido, yo trabajaba más duro, y había obtenido la aprovación de los profesores intelectuales, que si sabían que eran buenos en lo que hacían.

Al final, el resentimiento lo quemo por dentro y escupió toda su ira,
y mal comportamiento al final del año.
Lo había hecho de callado, mientras que a mí me mentía con su cara de sapo estrujado contra la puerta del demonio.
Me traiciono, peor de como mi mayor enemigo pudiese hacer.
Su amargura lo consumió, lo consumió como un fosforo prendido en el infierno
Me traicionó de manera tan vil, que no es necesario mencionar como lo hizo.
Yo me seguire preguntando de porque concretó semejante plan maldito.
Literalmente se lo tragó el resentimiento.
Tal vez pasó porque yo sí tenía un futuro. El ya lo habia malgastado.

Ahora, mi amigo, espero que no tengas este sentimiento odioso nunca!

Muchas Gracias, este sentimiento es algo feo en verdad. Recuerden que escribo según lo que vivo y siento. La verdad esta expresa en mis palabras, pero hay que ir más alla de eso que todos dicen ver. A, por cierto, magnífica foto de Viole's collection, y poesía que acompaña los sentimientos que todos alguna vez tuvimos, de Hubs

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