martes, 3 de noviembre de 2009

Vivir sobre una flor


Era una bella familia de mariposas,
vivian todas sobre una flor amarilla.
Nadie sabía porque habían llegado allí,
solo ellas y ellos.

Tocaban las guitarras sin sesar,
solo las dejaban para comer o dormir.
Trabajaban por la noche en un pequeño bar montado dos flores más abajo que sus casas.
De día, debían polinizar las plantas, claro que con mucha vagancia la tarea era puesta en órden.

Nadie se quejaba de su ocio incontenible.
Pero, un día, todos debían migrar al este porque se aproximaba una fuerte tormenta,
detectada por las libelulas.
Colgaron carteles por todos lados, hasta en el bar donde las haraganas trabajaban.

Exactamente esos días, las mariposas no aparecieron,
se habían aburrido de "tanto trabajo".
La tormenta llegaba, y las mariposas no sabían nada.
De pronto una gota cayó sobre la flor y la cerraron para poder seguir tocando en paz.

La lluvia fue tan fuerte, que arrastro todas la flores del rosal amarillo sin espinas.
Gracias a algo divino,
las mariposas cayeron suavemente en el charco formado por la lluvia,
y se lograron salvar de casualidad.

De Hubs, con la foto que inspiro el cuento, obviamente de Viole's collection.

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